Las formas de vida y los dominios


Por Thomás Unger



Constantemente vemos plantas que crecen y bichos que se mueven, ya sea una hormiga, una odiosa paloma o un animal exótico en el Discovery Channel de la TV. A veces recordamos lo que nos enseñaron en el colegio sobre la clasificación de las diversas formas de vida. Un proceso que comenzó con los griegos y aún no ha terminado, pero que ha cambiado desde mis tiempos en la escuela.

LOS REINOS
Aristóteles trató de clasificar “todo ser”. En sus tratados “Metafísica y lógica” dividió a los organismos vivos en plantas y animales. A los animales los clasificó según su forma de reproducción y fue el primero que usó términos como “especie” y “género”. A medida que se adquirían nuevos conocimientos, la clasificación de Aristóteles fue cayendo en desuso, pero los términos quedaron hasta hoy.



Tomado del diario El Comercio del 12 de enero de 2010, sección Vida y Futuro

La clasificación se complicó en 1676, cuando Antonie van Leeuwenhoek miró por el recién inventado microscopio y vio “animalículos”. El descubrimiento de América trajo nuevos animales y plantas, por lo que las clasificaciones existentes resultaron insuficientes. Recién en 1735 la publicación de “Systema Naturae” de Lineo* estableció principios que conserva aún la clasificación actual. Lineo planteó los tres reinos: animal, vegetal y mineral. Dentro de los dos primeros estableció jerarquías y el uso de dos nombres, uno científico y otro “trivial”, o común, usado hasta nuestros días.

Los reinos animal y vegetal de Lineo permanecieron hasta fines del siglo pasado, cuando el descubrimiento del código genético dio un nuevo enfoque a las formas de vida. La posibilidad de seguir la evolución a través de la información genética condujo a una reclasificación de las formas de vida en función de su secuencia evolutiva. La nueva tecnología mostró la vida en dimensiones menores de lo que permite el microscopio óptico y mostró diferencias fundamentales. El resultado es que los dos reinos de seres vivos, plantas y animales, han sido reemplazados por tres dominios.

LOS DOMINIOS
La nueva taxonomía —del griego “taxis” (orden) y “nomos” (nombre)— llamada molecular divide a los seres vivos en tres dominios, de acuerdo con la estructura de sus células: Archaea (arqueas), Bacteria (bacterias) y Eucaria (eucariotas, del griego “eu”, que significa verdadero y “karyon”, núcleo). Las arqueas y las bacterias son procariotas, células sin núcleo (del griego: antes del núcleo), y su ADN está disperso en el citoplasma. Sin embargo, arqueas y bacterias pertenecen a distintos dominios porque en 1990, al estudiar su ADN, se descubrió que evolucionaron separadamente. Las eucariotas, cuyas células tienen el ADN en un núcleo con membrana, abarcan todas las demás formas de vida. Hoy la clasificación de los seres vivientes comienza con los dominios.

El dominio Archaea (que en griego significa antiguo) comprende las formas de vida más antiguas, células procariotas sin núcleo. Hay arqueas que viven en condiciones extremas como aguas termales a más de 100 grados. Algunas metabolizan hidrógeno y otras se alimentan de sal. El dominio Bacteria (que en griego significa bastoncito) también incluye organismos unicelulares sin núcleo; son más conocidos por los patógenos que causan enfermedades infecciosas, como la sífilis, cólera, lepra, peste bubónica, tuberculosis, etc.

Sin embargo, las patogénicas son una mínima fracción de los millones de bacterias que forman parte de la biomasa. En nuestro cuerpo hay billones de bacterias, entre ellas algunas indispensables para la digestión. Se calcula que en cada gramo de tierra hay 40 millones y un millón en cada centímetro cúbico de agua fresca. El total de bacterias es una cifra con 30 ceros.

NUEVOS REINOS
El dominio de las eucariotas abarca todas las formas de vida cuyas células tienen núcleo. Este dominio, que comprende desde las amebas hasta la ballena, está dividido en cuatro reinos. El Protista, o Protocista, contiene todos los organismos cuyas células tienen núcleo, pero no son animales, plantas ni hongos. Entre ellos hay cierto tipo de microalgas, diatomeas y pequeños organismos que forman el plancton marino.

El siguiente reino es el de los Fungi, u hongos, que comprenden desde la levadura hasta los grandes papamoscas rojos con puntos blancos de los bosques. “Fungi” es hongos en latín, pero su estudio se llama micología (en griego “mikes” es hongo). Se calcula que el reino de los hongos tiene más de 1,5 millones de especies, de las cuales solo el 5% está formalmente clasificado.

Los hongos antes eran considerados intermedios entre los reinos vegetal y animal, pero su ADN indica que tienen unos mil millones de años y son anteriores a su separación. Hasta ahora comparten propiedades estructurales y químicas con ambos, pero tienen características exclusivas que los diferencian. Entre ellas está poder cambiar su tipo de reproducción según las condiciones ambientales y ser los únicos organismos que contienen elementos estructurales de plantas y de insectos. Los hongos prosperan en condiciones extremas y existen especies resistentes a la radiación ultravioleta, a las profundidades marinas y hasta la radiación cósmica a la que fueron expuestos en un experimento espacial.

El tercer reino de las células eucariotas es el de las plantas, cuyo estudio es la botánica. Casi todas las plantas tienen en común que se alimentan por fotosíntesis, requieren de oxígeno (generalmente en forma de anhidrido carbónico) y tienen celulosa. Hay identificadas unas 350.000 especies de plantas; de estas, 258 mil se reproducen por flores. Esta cifra no incluye sus antecesores fósiles, algunos de cuyos descendientes directos prosperan hasta hoy con muy pocas variaciones, como ciertos helechos y palmeras.

NUESTRO REINO
Dentro del dominio de las células eucariotas están los Animalia (animales), que incluye todo lo que se mueve y no cae en ninguno de los reinos anteriores. Esto abarca desde los gusanos más sencillos hasta el que escribe y el que lee estas líneas. La sola enumeración de la variedad de organismos que abarca nuestro reino necesitaría otra página completa. Basta decir que se estima entre 6 y 10 millones el número de especies de la clase Insecto, superclase Hexápodo (de seis patas), Subfilo Mandibulado (con mandíbula), Phylum (Filo) Artrópodo (de patas articuladas), reino animal, dominio Eucaria.

El que escribe y el que lee (nosotros) pertenecen también al dominio Eucaria y al reino animal, pero está en el Filo Cordata (con cuerda: espina dorsal), clase Mamífero, orden Primate, suborden Homínido, etc., hasta la especie “Homo sapiens”. Con la llegada de la biología molecular y la decodificación de nuestro ADN sabemos que estamos cerca de nuestros primos los chimpancés y bonobos. Aunque aún no hemos encontrado al último abuelo común, estamos cada vez más cerca.

Carolus Linnaeus (1707-1787). El botánico, médico y zoólogo sueco es considerado el padre de la taxonomía moderna. Dividió la naturaleza en tres reinos y estableció cinco rangos para las plantas y animales: clase, orden, género, especie y variedad.