Estados Unidos aprueba tecnología biónica de
retina artificial.
Se trata de un dispositivo provisto de
una cámara y transmisores que permite mejorar su visión al paciente de
retinitis pigmentosa.
El Gobierno de Estados Unidos aprobó una
tecnología de retina artificial que constituye el primer ojo biónico para
pacientes de este país, desarrollado en parte con apoyo de la Fundación
Nacional de Ciencias, informaron hoy medios locales.
Según un comunicado de la Dirección de
Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA por su sigla en inglés), el
dispositivo, con el nombre comercial de Argus II Retinal Proshtesis System,
transmite por vía inalámbrica las imágenes de una cámara montada en anteojos a
un conjunto de microelectrodos implantado en la retina dañada del paciente.
Ese conjunto, a su vez, envía señales
eléctricas por medio del nervio óptico y el cerebro interpreta la imagen.
El Argus II es un microprocesador que
contiene mil electrodos y fue desarrollado por Wentai Liu, profesor de bioingeniería
en la Escuela de Ingeniería y Ciencias Aplicadas de la Universidad de
California, en Los Ángeles.
La aprobación por parte de la FDA
beneficiará solo a los individuos que hayan perdido la visión como resultado de
la retinitis pigmentosa (RP) profunda, una enfermedad que afecta a una de cada
4.000 personas en Estados Unidos.
El aparato recibió en 2011 la aprobación
de las autoridades sanitarias de Europa y ya se ha implantado en más de 50
pacientes fuera de Estados Unidos.
La retinitis pigmentosa daña las células
sensibles a la luz que recubren la retina y, gradualmente, disminuye la
capacidad de la persona para distinguir la luz de la oscuridad.
El implante permite que algunos
individuos con RP, que son completamente ciegos, localicen objetos, detecten
movimientos, mejoren la orientación y la movilidad, y disciernan formas,
incluidas letras grandes.
Aunque hay tratamientos que demoran el
progreso de las enfermedades que degeneran la retina, no ha habido hasta ahora
ningún tratamiento que pudiera reemplazar la función de los fotorreceptores
perdidos en el ojo.
Tomado de El Comercio (15 de febrero de
2013).